miércoles, 29 de octubre de 2008

Columna de opinión: Reclamos.cl y los posteos sobre las modificaciones a Ley del Derecho al Autor


Sin duda, uno de los temas ciudadanos más controversiales a nivel cibernético se ha suscitado a partir de las recientes modificaciones a la ley que vela por el derecho de autor. 
En reclamos.cl, a través del tag GOBIERNO podemos ver varios post que aluden estas modificaciones, con una gran cantidad de post y en la mayoría de ellos con un 100% de aprobación por parte de los visitantes
Este alto porcentaje de aprobación y lo acalorado de la redacción en cada uno de los post nos permite ver cómo a través de esa página las personas pueden hacer ciudadanía. A través de este espacio, las personas pueden, al menos, alegar en forma libre y con propiedad acerca de un tema que, claramente, nos atañe a todos como chilenos, coartando nuestra libertad de acción y además haciendo una acusación verdaderamente absurda. 
Pero, para alegar informados, ¿qué establecen los cambios en la nueva ley de derecho de autor? Cómo en la vida todo cambia, la ley dejó el pasado para incorporar nuevas formas en que la piratería pasa a llevar los derechos los autores. De esta forma, la gran novedad viene siendo el Canon Digital implementado en otros países y que, muy a la chilena, fue incorporado en nuestro sistema legislativo, pero sin considerar una serie de temas importantes. 
A través del sitio Web, el énfasis de los reclamos está en la suposición de que todos los chilenos ocupan Internet para bajar música o películas, la imposibilidad bajo esta ley de que las bibliotecas (y nosotros, los estudiantes) podamos fotocopiar libros y que hasta el uso de una canción para musicalizar un video o evento privado sean constitutivos de delito. 
El primer derecho fundamental del hombre es el de la presunción de inocencia. Desde este derecho, la ley es absolutamente invasiva en cuanto a lo que este derecho se refiere. Al afirmar que el ancho de banda es un elemento que prácticamente nos “arrastra” como seres hipnotizados hacia la descarga ilegal de música. Es decir, todos los usuarios de Internet en Chile seriamos unos “delincuentes”. Y no sólo eso, sino que pasar nuestros cd´s a dispositivos de mp3 o Ipod también constituiría un acto fuera de la ley. 
Yo me pregunto: ¿qué pasa con mi derecho de hacer lo que se me plazca con la propiedad privada? Me reconozco fiel aún a los CD´S y sólo hace unos meses –casi a regañadientes- hice el update de Discman a Ipod. Mi brusco cambio (había que modernizarse) me llevó a pasar toda mi discografía (tengo más de 100 cd´s) a este nuevo artefacto. En Chile, para ser francos, un disco compacto jamás ha sido barato. Aún así, he hecho el esfuerzo por comprar cada uno de los discos de mis artistas –no chilenos- favoritos. ¿Porqué debo asumir entonces que lo que hago con mis discos es ilegal? ¿porqué no puedo escuchar MI música (Sí, es mía, yo la compré) en aparatos que me permiten no andar con 100 cd´s a cuestas? 
Me es francamente fácil identificarme con los alegatos de estas personas. Es una invasión total a la privacidad y además viola nuestro derecho más fundamental como lo es la presunción de inocencia. 
Pero hay otro tema que me pareció aún más terrible a partir de una conversación. Más allá
de no poder fotocopiar textos con fines educacionales (gracias a Dios no estudiamos medicina y salimos el próximo año), lo ridículo es que esta ley no permita a los estudiantes citar a otros autores en sus trabajos. Okey, lo sé, es desde 10 líneas o más, pero ¿no es todo el fin de citar precisamente reconocer el derecho de autor de quién escribió aquellas líneas? Muchos nos encontramos en proceso de tesina y sabemos que las citas es parte fundamental (así como la lectura de textos) de nuestros trabajos para obtener la licenciatura. ¿Qué pasará ahora con todos los trabajos de licenciatura? Claramente una tesis sin autores de renombre y/o validados en el área, carece de peso argumentativo en su contenido. 
Sin ir más lejos, si yo cito a Foucalt en mi tesina, ¿porqué la SCD va a tener que recibir un beneficio económico de ello? ¿Porqué pagar más por Internet bajo el prejuicio de la descarga de música? ¿por qué pagar más dinero por cd´s vírgenes para, por ejemplo, entregar digitalizadas nuestras tesinas. Esto es precisamente parte de las excepciones que ésta ley en sus versiones europeas considera. (a todo esto ¿pagarán derecho de autor por la copia de la súper idea para nuestra ley?)
Todas preguntas válidas son las que los usuarios del sitio reclamos.cl se están haciendo. Pero lo más importante aún es que a través del sitio pueden hacer ciudadanía y ejercer sus derechos a como dé lugar. 
¿Qué tanto si los reclamos no llegan a una efectiva resolución? El derecho a pataleo en este contexto es aún más valioso y de un no menor grado de catarsis para quienes efectivamente sienten la necesidad de reclamar por aquello que ellos consideran que los afecta directamente, sin consulta previa. Aquello que consideran una injusticia. 

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jueves, 11 de septiembre de 2008

Ciudadanía reprueba a los medios de comunicación


Con un 3,9 evaluó la ciudadanía el tratamiento que los medios le dan al tema de la pobreza. Esta drástica calificación se dio a conocer el martes 9 de septiembre en el IV Seminario “Pobre el que no Cambia de Mirada”, organizado por la Alianza Comunicación y Pobreza, integrada por el Hogar de Cristo, la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales y la Fundación para la superación de la pobreza.

En la encuesta, realizada a 400 personas de todos los niveles socioeconómicos, la radio obtuvo un 4.7, televisión y diarios empataron con un 4.2 mientras que las revistas fueron las peor evaluadas con un 3,6. Internet, por su parte, obtuvo un mayor respaldo por parte de los ciudadanos, quienes calificaron con un 5.1 a las plataformas de información en línea.

Esta negativa percepción respecto a la información que los medios entregan sobre personas en situación de pobreza radica en la asociación de problemas sociales como la delincuencia, drogadicción y alcoholismo con la pobreza y la estigmatización social que percibe la gente al informarse a través de los medios.
Estos resultados dieron pie para un debate respecto a cuál es el rol social que los medios de comunicación debiesen tomar. En la mesa redonda, Felipe Contreras, del diario La Tercera, Jorge Domínguez, Director de Diarios Ciudadanos, Álvaro Lozano, de Radio Cooperativa, Consuelo Saavedra de TVN y Beatriz Sánchez de Radio ADN opinaron acerca de la incidencia de los medios en la construcción social de la realidad.

Durante la discusión uno de los puntos centrales fue el tema del lenguaje en los medios de comunicación. La mayoría de los panelistas cuestionaron el lenguaje con el cual los periodistas se refieren a los protagonistas de la noticia, hablando de “el sujeto” en vez de persona o la utilización del calificativo de “antisocial” cuando el delito es cometido por alguien de menos recursos. “Los medios están generando más exclusión y sesgo”, opinó Beatriz Sánchez, locutora de Radio ADN.

Viendo más allá de las cifras, es preocupante cómo los medios están influyendo cada vez más en la discriminación que se hace respecto a un cierto sector de la sociedad. Sin embargo, Internet está proponiendo diversas maneras de incluir en forma participativa y empática contenidos, sembrando la esperanza de lograr un periodismo más incluyente, responsable y diverso.

Las nuevas plataformas de periodismo participativo son el primer paso para incluir de manera más integral a las audiencias, permitiendo que en su propio lenguaje relaten historias cercanas que los medios tradicionales no incluyen en sus pautas y donde predominan la crónica roja y la farándula por sobre otros temas que, a pesar de ser más locales, son mucho más importantes para quienes los leen y dan cuenta más fielmente de lo que está sucediendo.

La entrega de esta encuesta es sin duda un tema a reflexionar, sin embargo, de la discusión a una efectiva mejora en las prácticas de los medios de comunicación es algo difícil de asegurar. El rating, el golpe noticioso y el impacto priman bajo la necesidad de hacer de la información algo que también resulte rentable. Pero más cuestionable que la necesidad de ser económicamente eficientes, es la poca conciencia respecto del gran impacto que tienen la forma, el sentido y el lenguaje en la construcción de realidad y la opinión pública. Que la mayoría de las personas piense en una persona de escasos recursos cuando se habla de delincuencia o que se crea que la droga sólo ataca a los sectores más desvalidos son concepciones que los medios han introducido en el inconciente colectivo y ninguno se ha hecho cargo de la responsabilidad que un comunicador tiene al momento de informar, resguardando la dignidad de las personas.

“La televisión es buena pero no para la pobreza”, “me gustaría que dijeran la verdad” son algunas de los testimonios entregados en el libro “Voces de mujeres: historias de vida en primera persona”. Poniendo nombre y apellido a personas en situación de pobreza, siete mujeres relatan sus dificultades y esperanzas en superar la pobreza. Ahí confiesan sentirse víctimas de la televisión. Personajes utilizados como emblemas en inundaciones y delincuencia. Y es cierto, en los medios sólo se muestra al pobre que no puede surgir, pero no al de esfuerzo, al que se siente lleno de desafíos, al que trabaja.

Hay desencanto y se entiende. Estas mujeres dicen que ya prefieren no ver lo medios ni noticias. Se enojan, se sienten impotentes y no se identifican con lo que ven. Es decir, los medios están provocando el efecto contrario. La TV se apaga, el diario envuelve pescados y las revistas no se compran. Ante esto, los medios ciudadanos proponen justamente lo contrario: realidades que provocan conexión e historias simples y verdaderas. Esas que en los medios “no son noticia”.